El
trabajo a distancia, los viajes de negocios o el teletrabajo son
fenómenos que no sólo han cambiado la relación entre las empresas y sus
empleados, sino que también han modificado la configuración de las
oficinas. Y es que cada vez aparecen más puestos vacíos y una mayor
infrautilización del espacio. En las grandes empresas, el 40% de los
puestos están vacíos durante gran parte de la jornada laboral e incluso
durante días. De ahí que pueda ser conveniente reestructurar su oficina
de acuerdo a algunas de estas tendencias:
- Favorecer la comunicación. Las
oficinas son cada vez más horizontales, de ahí que en el diseño deben
primar criterios como la comunicación, la interacción, la transparencia y
la autonomía, que han desbancado otras formas de estructurar los
espacios siguiendo criterios eminentemente jerárquicos.
- Puestos en función de la presencia real de los empleados. Si
su empresa ha apostado por el teletrabajo, olvide la lógica de un
puesto por cada empleado. La racionalidad indica que ahora el espacio se
debe distribuir en función de la presencia real de los trabajadores.
Deje de lado el sistema de territorialidad y pruebe el modelo de oficina
flexible, en que no hay un puesto para cada empleado, sino que se le
asigna uno cuando acude a ella.
- Menos despachos.
Cree un mayor número de espacios colaborativos que sustituyan los
puestos individuales tradicionales y reduzca el número de despachos
personales. Puede optar por mesas compartidas multifunción que se pueden
reconfigurar dependiendo del número de empleados que las vayan a
utilizar y el tipo de actividad que realizarán.
- Rediseñe sus salas de reuniones. Transforme las salas de reunión en espacios más informales, al estilo de las cafeterías, salas de billar, espacios de descanso o salas ejecutivas de aeropuertos para incentivar la interrelación, la creatividad, el trabajo en equipo y el conocimiento compartido.
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