¿CÓMO RECUPERAR EL OLFATO?
Dentro de las recomendaciones generales que hacemos ante la pregunta de "cómo recuperar el olfato", son dejar el tabaco (si fumas) y evitar a los fumadores. El deterioro del olfato puede ser temporal o permanente
En casos de pérdida temporal
La pérdida temporal del sentido del olfato ocurre generalmente debido a alergias o infecciones bacterianas o virales, tales como:
- Alergias nasales
- Gripe
- Resfriados
- Fiebre de heno
Por suerte, el deterioro del olfato causado por una infección viral o bacteriana suele ser de corta duración. En el caso de infecciones bacterianas, se pueden administrar antibióticos para acelerar la curación, ayudando a restaurar el olfato. Los descongestionantes y antihistamínicos de venta libre pueden ayudar a aliviar la congestión nasal causada por las alergias.
Si tienes la nariz congestionada y no puedes sonarte, usa un humidificador para humedecer el aire. Eso aflojará el moco y ayudará aliviar la congestión.
No hay una forma segura de prevenir la pérdida del olfato. Se puede minimizar el riesgo de contraer resfriados o infecciones bacterianas siguiendo estas medidas.
- Lavarse las manos frecuentemente durante el día.
- Lavarse las manos después de tocar las zonas comunes.
- Cuando sea posible, evitar a las personas resfriadas o griposas.
En caso de pérdida progresiva
También, a medida que envejecemos es normal que nuestro sentido del olfato se vaya distorsionando. Algunas otras causas posibles son la exposición a productos químicos tóxicos, una deficiencia de vitamina B12, o el uso de ciertos medicamentos. Esto explica por qué un remedio que funciona bien para una persona puede no funcionar en absoluto para otra.
Los tratamientos naturales pueden ser eficaces para recuperar el sentido del olfato perdido. Entre ellos destacan:
- Echar una gota de aceite de ricino en cada fosa nasal por la mañana y por la noche
- Tomar ajo (preferiblemente en sopa)
- Tomar jengibre
- Inhalar vapor
- Tomar limón
- Tomar aceite de pescado omega 3 una vez al día.
En otros casos
Si la causa de la pérdida de olfato es más seria: un trastorno neurológico o un tumor, habrá que recibir tratamiento para la afección subyacente. En algunos casos la alteración del olor puede ser permanente.
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